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Historia del Museo

En 1879, El escultor José Miguel Blanco publicó un artículo en la Revista Chilena en el que, inspirado por el modelo europeo, observaba la necesidad de crear un Museo de Bellas Artes en Chile, a fin de recopilar obras que se encontraban dispersas en diversos edificios institucionales. Su inquietud fue atendida y el 18 de septiembre de 1880, bajo la presidencia de Aníbal Pinto, se fundó el Museo Nacional de Pinturas que se instaló en los altos del Congreso Nacional.

Su primer director fue el pintor Juan Mochi. Sin embargo, las actividades del Museo no lograban coordinarse con las del Congreso, por lo que en 1887, el Museo Nacional de Pinturas debió trasladarse al "Partenón", edificio ubicado en la Quinta Normal de Agricultura, construido por la Unión Artística, sociedad fundada por Pedro Lira y Luis Dávila. El gobierno adquirió el inmueble con el fin de realizar exposiciones anuales de arte y a partir de ese entonces, la institución pasó a llamarse Museo de Bellas Artes.

Ceremonia de inauguración septiembre de 1910.

En 1901, el gobierno realizó un concurso de arquitectura para el proyecto de construcción del Museo y Escuela de Bellas Artes, cuyo ganador fue el arquitecto chileno-francés Émile Jéquier.

La canalización del Río Mapocho generó un extenso terreno baldío, propiciando la construcción del museo en sus riberas, que muy pronto se convertirían en el Parque Forestal, obra del arquitecto paisajista Jorge Enrique Dubois, titulado en la Escuela de Jardinería de Versalles, en Francia.

Como parte de las celebraciones del Centenario de Chile, el Palacio de Bellas Artes, que albergaba al Museo y a la Escuela, se inauguró el 21 de septiembre de 1910. Para la ocasión, se organizó una gran Exposición Internacional que contó con obras de arte procedentes de catorce países, invitados a través de sus respectivas embajadas.

El Palacio de Bellas Artes

En 1905, el diseño del Palacio de Bellas Artes fue encargado al arquitecto chileno Emilio Jéquier (1866-1949). Hijo de padres franceses, nació en Santiago y emigró muy joven a Francia. Se graduó en  la Escuela Especial de Arquitectura de París (1886) y fue alumno de la Escuela Nacional de Bellas Artes de la misma ciudad (1888-1889). También diseñó el Palacio de los Tribunales de Justicia, el edificio de la Bolsa, la Estación Mapocho y la desparecida Estación Pirque, ubicada en el actual Parque Bustamante.

Desde un principio a este edificio se le llamó Palacio de Bellas Artes. En su ornamentación Jéquier buscó proyectar refinamiento, grandeza y progreso, valores con los que se pretendía mostrar desarrollo artístico y cultural. Siguiendo la huella de arquitectos franceses de la segunda mitad del siglo XIX, el arquitecto usó libre e imaginativamente elementos del lenguaje clásico como pilastras, tímpanos, guirnaldas y arcos, todo ello al servicio de lo que para entonces era una idea moderna de museo. En las rejas del ingreso, las barandas de las escaleras internas y estructuras de hierro fundido que soportan los balcones del segundo piso, se aprecian detalles art noveau a modo de largas enredaderas, con hojas de bronce.

Alegoría a las Bellas Artes de Guillermo Córdova

El altorrelieve del frontón del Museo, obra ejecutada por el escultor chileno Guillermo Córdova, representa una alegoría a las Bellas Artes. El tema fue propuesto por el propio Jéquier y debía ser realizado en piedra blanca o vaciado de cemento.

Entre las ornamentaciones del friso exterior del edificio del museo destacan veintidós medallones de mosaico cerámico que representan a grandes arquitectos, escultores y pintores del arte universal, entre ellos Fidias, Praxíteles, Bramante, Violet-le-Duc y Rembrandt.

La cúpula de vidrio que corona el hall central del Museo fue diseñada y construida en Bélgica, encargada a la Compagnie Centrale de Construction de Haine-Saint-Pierre, y traída a Chile el año 1907. El peso aproximado de la armadura del domo es de 115.000 kilos y las piezas de vidrio suman 2.400 unidades.

Arquitectónicamente, la planta del Museo presenta un eje central marcado por la puerta de entrada y la escalinata del gran hall que conduce a toda la planta superior.

En el hall central, sobre el balcón poniente del segundo piso, se ubicó un altorrelieve que representa a dos ángeles sosteniendo un escudo. La obra se realizó luego que la original resultara gravemente dañada en el terremoto de 1985. Dos imponentes Cariátides que simulan sostener la gran cúpula se aprecian desde la entrada al hall sobre los balcones del segundo piso, son obra de Antonio Coll y Pi.

A lo largo de su historia, la arquitectura del edificio ha sufrido varias modificaciones. En 1938, se construyó un anfiteatro en el costado Norte, obra del arquitecto Eduardo Secchi que contaba con graderías descubiertas, tenía una capacidad para 200 personas e inicialmente, estaba destinado para realizar funciones de teatro infantil. En 1979, el anfiteatro fue remodelado con aportes de la Municipalidad de Santiago y a partir del año 2003, fue utilizado para desarrollar actividades de teatro, música y danza.

Durante la dirección de Nemesio Antúnez, entre 1970 y 1971, se construyó la Sala Matta, bautizada en honor a Roberto Matta, ubicada en la planta del subsuelo. Para su construcción hubo que levantar completamente la losa del Hall Central. La sala abarca una superficie de 60 metro cuadrados y 100 metros lineales para exhibiciones.

El 30 de diciembre de 1976, el edificio del Museo Nacional de Bellas Artes fue declarado Monumento Nacional.

Rebeca Matte. Ícaro y Dédalo

Con motivo del Centenario de la fundación del Museo, en 1980 se remodeló la plazoleta de acceso y se reinstaló la escultura de Rebeca Matte que alude al mito de Ícaro y Dédalo, llamada Unidos en la Gloria y en la Muerte. La escultura se había mantenido en préstamo por años al Museo Aeronáutico y fue donada en 1930 por Pedro Iñiguez, marido de la artista, un año después de su muerte. La obra es una copia del monumento encargado a Rebeca Matte que el gobierno chileno donó a Brasil en 1922, en el Centenario de su Independencia.

En 2002 se instaura el proyecto Museo sin muros. Con la iniciativa de acercar el patrimonio artístico al público en lugares de gran afluencia, el museo realiza exposiciones de su colección en espacios especialmente diseñados en Mall Plaza Vespucio y Plaza Trébol de Concepción.

El terremoto de febrero de 2010 no produjo daños significativos en el edificio gracias a los eficaces trabajos estructurales realizados después del terremoto de 1985. El museo no debió cerrar sus puertas al público y, sin modificar su agenda, prosiguió con los preparativos de la exposición Del pasado al presente. Migraciones, que reunía obras adquiridas en 1910 y tenía por objetivo realizar una doble celebración en el mes de septiembre: la del centenario del edificio del propio museo y la del bicentenario del país.

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