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Fallece Roser Bru, Premio Nacional de Artes Plásticas 2015

Será velada en el MNBA

Fallece Roser Bru, Premio Nacional de Artes Plásticas 2015

Publicado el 26/05/2021
Roser Bru por Paz Errázuriz. Gentileza Fundación Roser Bru.
Roser Bru por Paz Errázuriz. Gentileza Fundación Roser Bru.
Roser Bru, Premio Nacional de Artes Plásticas en 2015, falleció el 26 de mayo a los 98 años de edad, en su domicilio de Santiago.

La pintora y grabadora Roser Bru, que obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2015 por su reconocida trayectoria artística, vivió alejada de la vida social y del medio artístico en los últimos dos años debido a su avanzada edad; pero manteniendo vivo su interés y disposición por los pinceles, las formas y el color, que mantuvo hasta sus últimos días.

Nacida en Barcelona el 15 de febrero de 1923, de nacionalidad chileno-española, es una de las artistas visuales más importantes del siglo XX en Latinoamérica.

De relevancia nacional e internacional, forma parte del grupo de intelectuales refugiados de la Guerra Civil Española llegados de la mano de Pablo Neruda en el barco Winnipeg en 1939 (a los 16 años), que influyeron significativamente en la cultura y el arte chilenos.

Posee un lenguaje y una visualidad propia que ha impregnado transversalmente a un amplio grupo generacional, haciendo escuela. Su vasta obra expresa su preocupación por la problemática social y humana, principalmente de la mujer, donde el cuerpo femenino es materia en situación límite. Su multiculturalidad penetra su obra, desde su condición catalano-chilena al cruce de influencias en su conexión artística con otros países de América Latina.

Entre más de 30 premios y distinciones en más de 70 años de trayectoria, destacan: Premio Nacional de Artes Plásticas (Chile, 2015), Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (España, 2018), Creu de Sant Jordi (Cataluña, 2020), Medalla al Orden del Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda (Chile, 2005) y Encomienda de la Orden de Isabel la Católica (España, 1995).

Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas chilenas y del exterior, como el Museo Nacional de Bellas Artes y el MAC de Chile; el Museu Nacional d´Art de Catalunya (MNAC 2020) , con la adquisición a inicios del año pasado de una importante tela de la década de 1960, impulsada por la Fundación Roser BRU; el MACBA (Barcelona); Reina Sofía (Madrid); Museo de Arte Moderno y Museo Metropolitano (Nueva York), Galería Staatliche Graphische (Berlín).

Entre sus últimas exposiciones destacan: Roser Bru. Pintura Poética en el Centro Cultural Gabriela Mistral (2016); 4 Premios Nacionales. Balmes - Barrios - Bru - Núñez en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago (2017); Vínculos y Complicidades en el Centro Cultural El Tranque de Lo Barnechea (2018); Transformaciones estéticas Chile 60-80 en el CCM de Buenos Aires (2018); y Balmes-Bru. Pasajeros del Winnipeg en el Museo de Bellas Artes de Valparaiso (2019).

La Fundación Roser Bru lamenta con profunda tristeza la partida de una de las últimas grandes exponentes del siglo XX y sostiene que "la figura de Roser Bru seguirá viva en las páginas de la historia del arte iberoamericano, y contribuiremos a la divulgación de su legado, vida y obra a las nuevas generaciones".

Por su parte, el director del MNBA, Fernando Pérez Oyarzun afirmó: "Roser Bru constituyó un referente artístico indudable en Chile y en el extranjero a partir de medados del siglo pasado. Llegada muy joven a nuestro país, su formación en Bellas Artes, bajo la inspiración de maestros como Burchard, se percibe bajo el talante vanguardista de muchas de sus obras. Tan talentosa como expresiva, su amor por la vida se entreteje con las penas del exilio y los problemas sociales. Desde las madres a los gajos de sandía; desde Kafka hasta las Meninas, fueron retratados por sus trazos rápidos, sensibles, ligeros. Pintora dibujante, grabadora, Roser nos enseño a mirar más agudamente nuestra realidad y nuestro tiempo".

Rasgos biográficos de su vida y su obra

Recién llegada a Chile, Bru, que había realizado estudios de dibujo en Barcelona, entró en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde fue alumna destacada. En 1947 formó parte del influyente Grupo de Estudiantes Plásticos, GEP, junto a artistas de la Generación del 50 como José Balmes, Gracia Barrios y Guillermo Nuñez, más tarde también Premios Nacionales al igual que ella. En 1957 ingresó en el Taller 99 de Grabado (fundado por Nemesio Antúnez), constituyéndose desde entonces en guía y referente del oficio de pintores y grabadores. Fue profesora de dibujo y pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Santiago desde 1964 a 1968, y profesora invitada del taller de pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica en 1989.

Su trabajo es predominantemente figurativo y temático. Marcado desde sus inicios por el dibujo de la figura humana y el grabado, e influenciado en el origen por el bidimensionalismo y el fuerte expresionismo de colores planos de los frescos del período Románico catalán. En 1958 realiza el primer viaje a Barcelona desde su exilio y se acerca al Informalismo de Tapiès, que reflejan sus primeras pinturas matéricas de los 60. Su pintura es experimentación y reflexión. Desarrolla temáticas de la vida cotidiana y familiar con gran foco en la figura femenina. Invoca recuerdos de la memoria personal e histórica que entrelaza con lo actual, creando un puente entre sus dos identidades culturales.

A partir de 1973 y hasta finales de la década de 1980, realiza un trabajo crítico y comprometido, de resistencia, que refleja el dolor humano, la herida y la realidad social y política relacionada con Chile en dictadura y con acontecimientos bélicos del pasado europeo y particularmente de España. Incorpora cada vez más la realidad por medio de fotografías, noticias y significantes numéricos, y utiliza recursos como la borradura, la tachadura o el cubrimiento.

Ya a partir de finales de la década de 1980, Bru retoma sus obsesiones en torno a la mujer -finos trabajos de dibujo y colores delicados- los frutos, como sus sandías, relacionadas con metáforas de la fertilidad femenina y de la exhuberante región americana, y sus citas a grandes maestros de la pintura como Velázquez y Goya, o su diálogo con poetas y escritores de relevancia. Sin olvidar su siempre presente vida-muerte y su compromiso crítico -a través de la práctica conceptual- con la mutilación y relegamiento de la mujer en la sociedad patriarcal.

La vida de Roser Bru, en escena

El histórico episodio de su emigración a Chile a bordo del Winnipeg como exiliada republicana tras la Guerra Civil Española y el robo de sus obras del edificio de la UNCTAD en el Golpe de Estado, han dado lugar a una obra teatral de su nieta, la actriz Amalá Saint-Pierre, junto al Colectivo Mákina Dos y la dirección de Héctor Noguera, que ha podido verse en 2019 en Centro GAM y en 2021 en el Festival Santiago a Mil: BRU o el exilio de la Memoria.

Revisa la reseña biográfica de esta destacada artista en el sitio www.artistasvisualeschilenos.cl